Antes se les llamaba chismes y rumores. Ahora tiene un nombre más “fifí”, pero también más preciso. Hablamos de la infodemia.
Las redes sociales se han convertido en el lugar perfecto para propagar noticias falsas, rumores y demás información nociva, que solo genera desconfianza y hasta pánico entre sus potenciales consumidores.
En los últimos días comenzó a circular por las redes sociales, alentadas por varios “reporteros” y “comentaristas” que por “tener la nota” y conseguir likes de la manera más fácil, no tienen empacho en difundir este tipo de “borregazos”, como la de que en Tlaxcala se está aplicando el llamado “código azul”.
El “código azul” sería una supuesta medida extrema de las autoridades de salud, extendida a los directivos de hospitales covid, según la cual “se descarta dar atención prioritaria a los pacientes que los paramédicos consideren que tienen pocas posibilidades de sobrevivir y no sean intubados”.
Acabo de transcribir las palabras textuales que se han ido plagiando los brillantes “reporteros” que han recogido esta patraña, que lo único que hace es aumentar la desconfianza hacia los médicos, enfermeras y demás personal de salud que están en primera línea, en la lucha contra el nuevo coronavirus.
El tal “código azul” es una estupidez, que forma parte de la infodemia que ha revolcado a las redes sociales, generando miedo, suspicacias y desconfianza entre la gente.
En momentos de gravedad como los que estamos viviendo, es fundamental que el público cuente con información veraz, generada por fuentes autorizadas, y no que empiece a prestar oídos a absurdos como este.
Para nadie es un secreto que gracias a la irresponsabilidad de una parte significativa de la población o a la necesidad que tienen muchas personas de ganarse la vida en la calle, estamos viviendo uno de los momentos más críticos de la pandemia de covid-19.
Sin embargo, eso no significa que en los hospitales reconvertidos para atender a los pacientes que han contraído esta enfermedad se esté discriminando a los que de plano ya no tienen salvación o que tengan pocas probabilidades de lograrlo.
La situación es crítica, y como he insistido en varias ocasiones, la irresponsabilidad, la inconciencia, el valemadrismo o la propia necesidad, están llevando a niveles altos de presión para el sistema de salud público, pero esto no es Italia o Bélgica, donde sí se tuvo que escoger entre aquellos enfermos que tenían posibilidades de vivir, o los que estaban prácticamente con un pie en la tumba. Casi siempre se escogió a los jóvenes por encima de los ancianos.
Ni aquí en Tlaxcala ni en ningún hospital del sector salud se está aplicando el “código azul”.
Por este tipo de noticias falsas es que la gente está llegando tarde a los hospitales para recibir atención; a veces arriban prácticamente en estado terminal, con bajísimos niveles de oxigenación y severos daños en el tejido pulmonar y en otros órganos donde se ceba el virus.
Y si a eso le sumamos las comorbilidades, como la hipertensión, la diabetes o la obesidad tenemos la tormenta perfecta para acabar todo en un trágico desenlace, que bien puede prevenirse si estamos debidamente informados, o mejor aún, si mantenemos la guardia en alto y nos lavamos frecuentemente las manos, guardamos sana distancia, nos colocamos correctamente el cubrebocas y, sobre todo, nos quedamos en la casa si no tenemos nada que hacer en la calle y si nuestro trabajo se puede hacer a distancia.
Es así de sencillo. A cambio, la gente prefiere escuchar “información” que lo único que hace es aumentar su angustia y miedo, en tiempos en los que deberíamos de conservar la calma y allegarnos información especializada, como la que aquí compartimos.
Hay que acabar con la infodemia, tan nefasta como el coronavirus.
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